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EL PAPEL DE LAS YUNGAS: ECONOMIA SUSTENTABLE Y BIODIVERSIDAD

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Ubicada en la provincia de Jujuy, en la zona comprendida entre las Sierras de Santa Bárbara y del Centinela, se encuentran las denominadas Yungas. Originalmente estaban resguardadas por ser el hábitat de la especie loro hablador. En el año 2001 la ley provincial 5.347 la designó Reserva Natural.

Los bosques de Las Yungas representan el 2% del área continental del país, pero mantienen el 50% de su biodiversidad. La superficie de Las Yungas supera las 4.000.000 de hectáreas en Argentina y están habitadas por 500 especies de aves, 200 especies de árboles, 80 variedades de helechos y 30 especies de ranas y sapos. También está habitada por especies en peligro de extinción, diezmadas por la caza indiscriminada, como el jaguar, el tapir, el pecarí, el oso de miel y el zorro salvaje.

Los bosques de Las Yungas son particularmente importantes para capturar agua e industrias y las actividades productivas que rodean el bosque dependen de este agua. El 90% de las lluvias ocurren entre noviembre y abril. Las nieblas y lloviznas ayudan a mantener el flujo de ríos y arroyos durante la otra mitad del año.

La Reserva de la Biosfera de Las Yungas (RBYungas) fue declarada por la UNESCO en diciembre de 2002 como parte del Programa de Hombres y Biósfera de la UNESCO. El propósito es preservar ese área especial de 1,300,000 hectáreas como una de las áreas que incluye la mayor biodiversidad en Argentina.

Hay 610 reservas en el mundo, 13 de las cuales se encuentran en Argentina. Son más que simples áreas protegidas: estas reservas promueven una relación equilibrada entre los hombres y la naturaleza.

PRODUCCIÓN SUSTENTABLE EN LAS YUNGAS

En el medio de estas Yungas se encuentra el complejo agroindustrial de LEDESMA. La planta está ubicada en el Valle de San Francisco, en Jujuy, en medio de un paisaje de selvas subtropicales de montaña. Aquí se fabrica el papel 100%caña de azúcar, 0% árboles y 0% blanqueadores químicos, entre otras cosas.

Juan Van Gelderen, jefe del departamento de calidad de papel –  LEDESMA, nos cuenta como se fusiona la producción y la naturaleza.

«En Ledesma no sólo aspiramos a mitigar el impacto de nuestra presencia allí, sino que buscamos que el medio ambiente se beneficie con nosotros. Desde hace más de 10 años, preservamos 100.000 hectáreas de bosques nativos en Jujuy. Junto con la Fundación ProYungas, elaboramos un Plan de Ordenamiento Territorial, el primero en la Argentina, por el cual nos comprometemos a proteger dos de cada tres hectáreas propias en su estado natural, y monitoreamos su fauna y su flora. Allí habitan muchísimas especies; algunas de ellas, como el yaguareté, en riesgo de extinción, además de otros felinos como el margay o el ocelote, corzuelas, coatíes, tapires y osos meleros, por mencionar solo algunas. También construimos rampas en nuestros canales de riesgo para que los animales de las yungas pudieran beber agua, e instalamos cámaras sensibles al movimiento para registrar la presencia de diferentes especies.»

PARQUE NACIONAL CALILEGUA

En 1975 Ledesma donó 76.320 hectáreas para la creación del Parque Nacional Calilegua. El parque es el área más grande del país dedicada a la conservación y contemplación de las yungas, y la de mayor biodiversidad.

El Parque Nacional Calilegua fue creado en el año 1979 con el fin de preservar un área representativa de la selva tucumano-oranense, también conocidas como «yungas». El mismo constituye el ambiente de mayor biodiversidad del país junto con la selva paranaense, en Misiones.

Calilegua es el único parque nacional de la provincia de Jujuy y su superficie de 76306 hectáreas lo convierte en el área protegida más grande en nuestro país dedicado a la conservación de las selvas tropicales de montaña. El acceso es gratuito.

El parque posee una gran belleza paisajística que puede apreciarse en todo su esplendor al transitar la ruta provincial Nº83 que atraviesa el mismo. A lo largo del camino pueden identificarse tres ambientes bien diferenciados: la selva pedemontana, la selva montana y el bosque montano. Cada uno de ellos presenta una vegetación característica y es posible avistar ciertas especies de aves y mamíferos en particular, lo cual convierte a este sitio como un lugar ideal para la observación de fauna, especialmente aves, ya que se han relevado 270 especies y se estima que podrían habitar el parque unas 230 más, lo cual haría de Calilegua el hogar del 50% de las especies de aves que habitan nuestro país.

Yaguarundí Foto: Anne Marie Klauss

En cuanto a los mamíferos, debe destacarse la presencia del mayor predador de América, el Yaguareté, también conocido como “el tigre”. Otros felinos como el yaguarundí, el ocelote, gato del pajonal y el puma habitan estas selvas. El tapir o anta es el mayor de los mamíferos de las yungas y es posible observar sus huellas impresas en el lodo de las orillas de ríos y lagunas.

Una amplia red de senderos ofrece distintas alternativas para apreciar las bellezas del paisaje de yungas y brindan la posibilidad de adentrarse en la profundidad de las selvas, pudiendo avistar aves y con suerte alguno de los escurridizos mamíferos, tal es el caso de monos, acuties, osito lavador o mayuato, lobitos de río y pecaríes.

Osito lavador / Pecarí / Lobito de río

Ignacio Duelo, gerente departamental de Comunicación Institucional de LEDESMA, explica porque se donaron tierras para formar la reserva y como convive el complejo agroindustrial con el Parque Nacional.

Muchos años antes de que la cuestión ambiental se situara en el centro de la agenda social, Ledesma donó 76.000 hectáreas para la creación de una reserva provincial que terminaría siendo el Parque Nacional Calilegua. La empresa vio que tener una gran reserva natural alrededor de sus campos de caña de azúcar y de cítricos sería beneficioso para la comunidad y también para las actividades productivas, dado que favorecería el régimen de lluvias que los cultivos necesitaban. A esta superficie le sumó, ya a principios del siglo XXI, una reserva privada de 100.000 hectáreas de bosques nativos donde lleva adelante un monitoreo de fauna y flora con cámaras sensibles al movimiento, preserva especies amenazadas como el yaguareté y genera contenidos educativos para las escuelas de la zona. Todo esto genera un círculo virtuoso o economía circular donde la empresa protege la naturaleza y ésta genera condiciones para que aquella desarrolle sus productos a partir de la tierra, y con parte de esa rentabilidad siga invirtiendo en la protección del ambiente.

En este momento, Ledesma está encabezando junto a la Municipalidad de Libertador y la Fundación ProYungas el lanzamiento de una Guía de Arbolado Urbano, una aplicación para celulares denominada App Arbórea desarrollada por Proyungas, y un Programa de fortalecimiento de la calidad ambiental urbana en las Yungas «Un árbol para mi ciudad”, sostiene Ignacio Duelo, Gerente departamental de comunicación institucional –  LEDESMA.

-¿Como es la interacción social de Ledesma con las yungas y la gente que vive allí?

Ledesma lleva adelante un intenso trabajo junto a la comunidad de toda su zona de influencia en Jujuy: Libertador General San Martín, Calilegua, Fraile Pintado, Caimancito, El Piquete, Vinalito y El Talar. También trabaja con las comunidades próximas a sus actividades, y eso incluye pequeños pueblos recostados sobre el Parque Nacional Calilegua, como San Francisco y Santa Ana. Un equipo de treinta personas se dedica a gestionar los programas sociales y acompañar las iniciativas que la comunidad propone para resolver los problemas que se van identificando. Además, la empresa trabaja en forma articulada con organismos gubernamentales, ONG –como la Fundación ProYungas- y otras empresas.

CERTIFICADO PROYUNGAS

El mundo está cambiando y las empresas argentinas necesitan adaptarse a estos cambios. Por necesidad y por convicción. Es fundamental pasar a sistemas de producciones sustentables, con un alto grado de conciencia medioambiental.

¿Cómo funciona en el mundo?

El mecanismo Europeo de Ajuste de la frontera del carbono afectará a las importaciones europeas en el futuro. La discusión sobre la «fuga de carbono» no es nueva, según la Comisión Europea, «la fuga de carbono se produce cuando la producción es transferida de la UE a otros países con menor ambición de reducción de emisiones, o cuando los productos de la UE son sustituidos por importaciones más intensivas en carbono.»

Con un ambicioso Acuerdo Verde Europeo, abordar la situación se está moviendo mucho más rápido de lo que algunos podrían haber esperado. El objetivo es lograr la neutralidad climática para 2050 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50-55% para 2030. A medida que aumentan las regulaciones para los productores de la UE, también se convierten en una realidad para las importaciones.

¿Afectará a la industria de la pulpa y el papel?: Si, claramente lo hará.

Marcos Uribelarrea, director de negocio Papel de LEDESMA, nos cuenta cuales fueron las razones para incorporar la huella de carbono a sus producto

“Dentro de la línea de trabajo que venimos realizando desde 2008 de innovar sustentablemente en una categoría como papel para escritura e impresión, (que no era habitual en la industria) hace 4 años pensamos cual era el próximo paso: verificar y certificar nuestra huella de carbono en nuestros productos.

La visión fue en ese momento de que podíamos nuevamente adelantarnos a las tendencias que se empezaban a detectar en el consumidor corporativo (cliente principal de nuestras resmas Autor, Punax y ahora Ledesma NAT) el cual buscaría mejorar su propia huella con un consumo más responsable. En este caso del papel.

Hay pocos casos en el mundo que lo hayan hecho. En nuestro país somos los primeros.Esto a su vez nos permitía además de diferenciarnos mostrarnos un camino de mejora a partir de un punto de partida de mejora medido internacionalmente. Un punto importante y diferencial que nos permitía lograr valores excelentes en todos los papeles, destacándose fuertemente en Ledesma NAT, es que la caña de azúcar es un cultivo anual con una altísima tasa de crecimiento, por ende con una gran generación de oxigeno (con la consiguiente captación de CO2).

A su vez en el proceso de producción del papel se utiliza en la cocción de la fibra una significativa menor cantidad de energía y agua vs otras fibras (esto porque tiene un menor contenido de lignina). A su vez en Ledesma NAT no se utilizan blanqueadores químicos.

Estas son las razones para que la huella de carbono sea tan baja. Y por último al ser una fibra vegetal de un recurso renovable anualmente el papel es biodegradable, compostable y reciclable.

A nivel mundial vemos en nuestros contactos comerciales que la tener medida la huella de carbono esto un factor diferencial dentro de la industria, y por ende un factor cada vez mayor de elección de los clientes”, finaliza Uribelarrea


 

 

 

 

 

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