Diseño

Bosques verticales

POR MIGUEL JURADO, ARQUITECTO (FADU-UBA), PERIODISTA ESPECIALIZADO EN ARQUITECTURA Y ARTISTA PLÁSTICO.

Al italiano Stefano Boeri siempre le preocupó la cantidad de suelo natural que inutilizan los edificios. Así se planteó la idea de devolverle a la naturaleza el espacio que le quitamos y, con el tiempo, se le ocurrió hacer un edificio que contuviera todo un bosque.

Stefano Boeri

La preocupación de un joven idealista tomó forma en Bosco Verticale, un conjunto de dos torres que lucen como un ikebana gigante en el distrito de Porta Nuova de Milán. Una tiene 110 metros de altura (10 menos que nuestro Kavanagh), la otra 76. Entre las dos, juntan 900 árboles de todos los tamaños.

El gran jardín de Boeri tardó en tomar forma. Los más de dos mil arbustos y flores que hoy lucen rozagantes tuvieron que ser elegidas en relación con la posición que tendrían. Los primeros años fueron duros y las torres parecían estar a punto de secarse en pie. Para que el bosque creciera, Boeri tuvo que probar y probar, pero lo logró. Es más, su investigación abrió toda una biblioteca sobre nuevos tipos de vegetación para usar en altura y permitió medir los aportes de este tipo de edificios a la ciudad.

En poco tiempo, la fama de su Bosco Verticale llegó a China, un país que necesita soluciones para grandes problemas de contaminación urbana. Y la semilla del italiano germinó en Nanjing, para brotar en más proyectos de torres verdes, y hasta en toda una ciudad vegetal.

Las razones son múltiples. Está probado que el Bosco Verticale de Milán equivale a casi una hectárea de bosque natural. Además, este sistema vegetal ayuda a formar un microclima en el que se produce humedad, oxígeno, se absorbe CO2 y partículas de polvo.

Como si esto fuera poco, son claras las cualidades estéticas de un edificio con vida envolvente en constante cambio de color y forma con cada estación.

Los ecologistas aseguran que el bosque vertical aumenta la biodiversidad, no solo por la variedad de plantas que tiene, sino también por los pájaros e insectos que atrae.

En las torres de Bosco Verticale ya se probó que las plantas ayudan a filtrar las partículas de polvo, colaboran para moderar la temperatura y disminuyen el ruido urbano.

Boeri ve a su diseño como una manera para introducir la naturaleza en las ciudades. Sostiene que la creación de una serie de bosques verticales puede establecer una red de corredores ambientales entre los parques, los espacios verdes de las avenidas y los jardines de las ciudades.

Hace cinco años, mientras esperaba que las plantas del Bosco Verticale de Milán alcanzaran un tamaño aceptable, Boeri lanzó su primer proyecto a gran escala: Forest City. Una «ciudad bosque» para Shijiazhuang, la urbe más contaminada de China. La urbanización se propone para 100 mil personas en un diseño compacto y verde que abarca apenas 225 manzanas.

Boeri afirma que su modelo consumirá menos tierra agrícola y natural, limitará los costos del transporte público y reducirá el consumo de energía.

 

 

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